«No me gusta ver por la calle a una mujer musulmana con un pañuelo en la cabeza (…), pero no por eso me acerco a quitárselo, a increparle o a maldecir sus creencias».
![](https://jesaal.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/03/misa.jpg?w=500&h=279)
Record de audiencia de la misa televisada los domingos tras los improperios podemitas del circo que mantienen en ‘Podemos’.
Jesús Salamanca Alonso / Miren ustedes: Yo no veo la misa ni la sigo, pero no me molesta ni lo más mínimo; es más, me parece fenomenal que la siga mucha otra gente todos los domingos. Por cierto, tampoco voy a los toros, pero nunca me han molestado. Y además, no me gustan los desfiles gays y por eso no voy a ellos, pero si alguien quiere ir… ¡Empanada para todos! Nunca me gustó la postura podemita que tanto está extendida: «Como a mí no me gusta hay que prohibirlo». ¡Manda huevos con lo de prohibir por prohibir! Nunca antes, hasta la llegada de la vulgaridad podemita, se había conjugado tanto y tan mal el verbo prohibir.
Nunca supe jugar a las cartas ni me atrajo ese juego, pero no por eso hay que prohibirlo o condenarlo.
De la misma forma, tampoco me gusta ver por la calle a una mujer musulmana con un pañuelo en la cabeza porque es símbolo de ser reprimida, infravalorada y casi despreciada, pero no por eso me acerco a quitárselo, a increparle o a maldecir sus creencias. Si ella cree que con ello hace uso de su libertad pues… ¡Miel sobre hojuelas!
¡Ya está bien de no respetar al prójimo! Han tenido que llegar a las instituciones los prochavistas –que a la vez son proterroristas y antisistema– para que empiecen a imperar ideas contra la libertad, el respeto y la convivencia. No tienen más que escuchar a la «machirula» del Congreso («Lumi doll», que es como se conoce en el ámbito de ‘Podemos’ a la tal Irene no sé cuántos), al «Pepito grillo» del pajarito del ‘gorila rojo’ o al desnortado y descentrado, Ramón Espinar. Y si se aburren busquen al tal Garzón; no el exjuez sino el comunista del niño Jesús que vendió Izquierda ‘Hundida’ por dos putas en turno de tarde y un plato de lentejas polvorientas para dos pendones desorejados.
Pingback: El respeto es la base de la correcta convivencia | Análisis de la actualidad en clave liberal