La «Fuente Vieja» de Portillo


La estructura del edifico de la «Fuente Vieja» nos recuerda, en cierto modo, a algunos edificios de las arcas reales existentes en Valladolid

Edificio de la "Fuente Vieja", situada entre los terrenos de la piscina antigua y la carretera que va a la localidad de Iscar. Data del siglo XIX.

Edificio de la «Fuente Vieja», situada entre los terrenos de la piscina antigua y la carretera de Iscar. Data del siglo XIX. (Foto nº 1)

Según se nos indica en la enciclopedia libre – Wikipedia — “la Fuente Vieja es una antigua fuente situada en las afueras del distrito Segundo de Portillo, muy cerca de la carretera que conduce a Íscar”. Su enclave está rodeado de lo que antiguamente eran parte de las eras del pueblo, donde los agricultores desarrollaban la actividad de la trilla en época estival.

J. Martín Torres, maestro-alfarero y autor del trofeo "Fuente Vieja".

J. Martín Torres, alfarero y autor del trofeo «Fuente Vieja».

La fuente estuvo en uso hasta los años treinta o cuarenta del siglo pasado. Perdió el mismo cuando se llevó a cabo la acometida de agua en la localidad. Era un manantial natural donde en tiempos acudían los vecinos a recoger agua con cántaros y cantarillas (piezas de la alfarería portillana de la época) para hacer uso de ella en labores propias del hogar.

Su ubicación está muy próxima al arroyo del Masegar (en numerosa cartografía figura con el nombre de «Mesegar») que atraviesa longitudinalmente el segundo distrito, si bien en la localidad se conoce al mismo como arroyo de Santa María, cuyo último acondicionamiento serio fue la obra de canalización en el año 1999 y para el que el Ayuntamiento había destinado en 1997 la cantidad de 32.394.804 pesetas, según consta en el conjunto de proyectos existentes en Portillo en el citado año 1997.

Durante mucho tiempo hemos buscado datos sobre esta fuente y, a decir verdad, hemos tenido muchas dificultades para dar con ellos. Hoy, no solo sabemos que data del siglo XIX, sino que se construyó en el año 1854, como consecuencia de graves problemas de sequía por los que habían atravesado los pueblos de la zona. Su construcción se encargó a dos «albañiles peonados»: Carlos Vaca y Anselmo Cesteros. Recientemente ha sido restaurada en su totalidad debido al mal estado de conservación en el que se encontraba. Durante muchos años, el abandono de esta fuente ha sido total por parte de las respectivas corporaciones municipales.

En el año 1999, en el programa de fiestas — siendo alcalde de la Villa, José Mª Criado Bachiller– ya aparece una fotografía de la Fuente Vieja, limpia y restaurada (fotografía indicada con el nº 2). La estructura del edificio de la “Fuente Vieja” nos recuerda, en cierto modo, a las arcas existentes en Valladolid, cuyo cometido era el almacenamiento y conducción del agua a la ciudad. No es ese el cometido de la fuente existente en Arrabal, pues simplemente era manantial para uso del común.

Imagen de la Fuente Vieja tras su restauración en 1999. Foto nº 2.

Imagen de la Fuente Vieja tras su restauración en 1999. Foto nº 2.

Desde el punto de vista arquitectónico (ver foto superior), el edificio que alberga la fuente tiene forma de casa, está construida en piedra, en buena sillería y bien escuadrada. Tiene planta cuadrada. La  cubierta es a dos aguas. Está dotada de una  pequeña ventana en la cara norte, lo que permitía la renovación de aire, además del mantenimiento estable del nivel de temperatura. Esa cubierta a dos vertientes tenía en su parte interior una bóveda de cañón a la manera romana, pero el material era el ladrillo. En la cara norte tiene un frontis triangular. De la misma forma que las arcas reales de Valladolid (fotografía nº 3) “se inscriben en los sistemas dimensionales y compositivos del Renacimiento”, la de Portillo mantiene ese mismo estilo y parece estar inspirado en el tipo de algunas arcas y fuentes de Valladolid, aunque sea de construcción bastante posterior.

Trofeo "Fuente Vieja" en manos de Lucio Aranda. Premiado en la edición 2014.

Trofeo «Fuente Vieja» en manos de Lucio Aranda. Premiado en la edición 2014.

En la citada cara norte existía un caño por donde salía el agua fresca. A él se accedía por una escalinata de piedra que albergaba el agua no acarreada y que salía del manantial cuando esa rebosaba el nivel interior del orificio que comunicaba con el exterior mediante el caño o conducto (se puede apreciar en la foto nº 2). La referida escalinata, compuesta por cuatro escalones, suele estar oculta en muchas ocasiones por la excesiva acumulación de hierbas y escombros. Recientemente, tras la última reforma, se ha abierto una puerta en la pared sur ya que actualmente la fuente está completamente seca y en ella se ha ubicado un motor de bombeo del agua que llega a la localidad.

Desde que dejó de tener uso la fuente, la parte interior mantenía agua pero allí se habían ido acumulando piedras y útiles diversos, resultado — en muchos casos– de la gracia que hacía a los niños escuchar cómo sonaba por el eco el impacto de un utensilio o una piedra con el agua acumulada en el interior. Tal y como se ha dicho más arriba, actualmente permanece seca y gran parte de ella cubierta de altas hierbas, sobre todo la zona del caño, estanque y escalinata.

Sin duda, la existencia de manantiales próximos a la localidad, fue el principal método de abastecimiento de muchos pueblos y ciudades. Hay que resaltar que en Arrabal de Portillo, además de la “Fuente Vieja”, existía otra fuente muy conocida, junto a la actual carretera de Segovia, como fue la fuente del convento de la Fuensanta (Fuente Santa); convento regentado por agustinos recoletos. Esa era utilizada por los monjes y por los vecinos de Portillo, incluso de su agua se regaban las huertas que los frailes mantuvieron activas hasta 1835, momento en que comenzó “la dispersión definitiva de religiosos y de sus tesoros artísticos y culturales”. 

D. Antonio de Nicolás, en su libro «PORTILLO. Recuerdos de una Villa Castellana» (1907), y referido a la fuente del convento de la Fuensanta dice: «Solo interrumpen ahora el silencio de tan solitario campo, los pasos de algún caminante que se acerca buscando la fuente que dio nombre al convento. Pronto la encontrará sin pasar el umbral de la puerta. A poca distancia de ésta, hacia el ángulo N.E. de lo edificado, el agua en otro tiempo milagrosa, baña los pies de ancha escalinata de piedra y se ofrece límpida en cuadrado depósito (en las notas de Antonio de Nicolás se describe la escalinata, cubierta por un tejado y tiene nueve escalones y más de dos metros de anchura). Allí acudieron las portillanas a llenar sus cántaros hasta que la moderna industria, (…), llevó tan necesario elemento a las calles de la villa desde un manantial o pozo inmediato al arroyo Viñuelas, extinguiéndose así las risas y las coplas, los gritos y las quejas, los odios y los amores de que era mudo testigo la fuente santa y quedando definitivamente sancionada la soledad de aquellas ruinas».

Modelos de algunas de las Arcas Reales de Valladolid, muy anteriores en el tiempo a la fuente de Arrabal de Portillo.

Modelos de algunas de las Arcas Reales de Valladolid, muy anteriores en el tiempo a la fuente de Arrabal de Portillo, y cuyo parecido podría haber sido modelo de inspiración. (Foto nº 3)

Mención aparte merecen otro tipo de fuentes existentes en zonas más alejadas de las poblaciones, las cuales servían para calmar la sed de agricultores y andarines, así como para beber las caballerías en la artesa o pilón que formaba la zona coincidente con el caño. En el segundo distrito de Portillo podemos mencionar la conocida como fuente ‘Vallejo’ o de ‘Los Vallejo’, que es como se alude a ella tradicionalmente; se puede ver cuando, en la zona cuesta abajo de la carretera que une Cogeces con Portillo, nos desviamos por un buen camino a la izquierda; allí están los restos de la fuente ‘Vallejo’, con un banco que mira hacia Portillo rodeado de terreno roturado y desde donde se observa una envidiable panorámica del segundo distrito y de la atalaya que forma el primero de los dos distritos. En algún sitio leí — creo que en un soneto del chantre de la catedral de Valladolid —  eso de «Portillo o Arrabal, villa o aldea, su genio sin espacio crece y crea, impulsado de místico destello».

Tampoco podemos olvidar la fuente de ‘la Fábrica’ (así denominada por su proximidad a la antigua fábrica de harinas, ubicada en la carretera que va de Arrabal a la Pedraja de Portillo): manantial natural y parada obligada para agricultores, paseantes y quienes fueron trabajadores de la propia fábrica, por el frescor de su agua y la frondosa arboleda que rodea a esa fuente. ¡Cuántos recuerdos se agolpan en mí sobre esa fuente, las acerolas de la fábrica, el señor Mario, los perros que nos tenían acongojados a los niños, el frescor de la arboleda, el árbol roto que cruzaba el arroyo próximo,…

En el año 2013 se instituyó el Premio “Fuente Vieja”. Con ese premio anual se quiere reconocer la labor de difusión  en los  campos de la cultura, el deporte y la empresa de vecinos, instituciones y empresas del municipio.

Premiados en la segunda edición de los premios "Fuente Vieja", año 2014.

Premiados en la segunda edición de los premios «Fuente Vieja», año 2014, junto al alcalde Portillo (2011-2015). Foto nº 4

Imagen-animada-Alfarero-05Precisamente en la entrega de los premios «Fuente Vieja» de la citada edición (Foto nº 4), el regidor de la villa incidía en que “Hay mucha gente en Portillo que ha hecho méritos para ser acreedores de estos reconocimientos. Mucho más importante que la cuantía económica -150 euros el premio y 50 la mención- es que tu pueblo te reconozca. Además, este año quiero destacar la escultura que se entrega a cada uno de los premiados, obra del maestro-alfarero, José María Martín Torres, que justamente es la Fuente Vieja y emociona el verla»

Puzzle de fotos de la Fuente Vieja desde distinta perspectiva, junto con la fotografía de José Mª Martín Torres, maestro-alfarero y autor del trofeo de los Premios "Fuente Vieja".

Puzzle de fotos de la Fuente Vieja desde distinta perspectiva, junto con la fotografía de José Mª Martín Torres, maestro-alfarero y autor del trofeo de los Premios «Fuente Vieja».

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ELABORADO POR: Jesús Salamanca Alonso, licenciado en Historia por la UNED, analista político – Investigador nacional nº 34/1982.

 

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