«La crisis económica de los últimos años y el movimiento radical de izquierdas integrado en podemos e IU, ha vuelto a despertar ese anticlericalismo guerracivilista»

Francisco J. León de la Riva, exalcalde de Valladolid.
Por Javier León de la Riva, exalcalde de Valladolid / En el subconsciente de la izquierda española, hace muchos años que de forma latente se ubican una serie de mantras o pensamientos, que de forma intermitente afloran a la superficie y que son difícilmente justificables: me refiero a su anticlericalismo, su antimilitarismo, su antiamericanismo y su antijudaísmo.
Por supuesto que el anticlericalismo no es nada nuevo entre la izquierda española, y la quema de iglesias y el asesinato de curas, monjas, frailes y simplemente católicos practicantes eran el pan nuestro de cada día en los meses previos a la guerra civil.. Y éramos muchos los que pensábamos que el espíritu de la transición había, si no apagado, al menos apaciguado este anticlericalismo militante de la izquierda. Sin embargo la crisis económica de los últimos años y el movimiento radical de izquierdas integrado en podemos e IU, ha vuelto a despertar ese anticlericalismo guerracivilista y la entrada violenta de Rita Maestre en la Capilla de la Complutense, por mucho que la sentencia diga lo contrario, al grito de «arderéis como en el 36», evidencia el odio genético que algunos siguen sintiendo hacia la Iglesia Católica.
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Esto es vergonzoso. El delegado de la Junta aduce que unos técnicos en educación decidieron transformar un 2 en un 5,6. ¿Pero este hombre es tonto o se lo hace? ¿Qué mejores técnicos educativos que los 9 miembros del departamento de Matemáticas del instituto Jorge Manrique, quienes habían confirmado por unanimidad el dos con el que calificó a la alumna la profesora Fátima Zamora en el examen de septiembre? Por otro lado, el director del centro, Jesús Coria, a quien todo el mundo teme pero no respeta, parece que ha faltado a la deontología profesional y se ha dedicado a zaherir y acosar a la profesora, en connivencia con ese adalid de la justicia llamado Julio Villarrubia, padre de la alumna. Villarrubia ha sobrepasado las lindes de la decencia y tendrá que dar explicaciones convincentes (algo del todo imposible), pedir disculpas públicas y abandonar definitivamente la política, so pena de ser el hazmerreír de la sociedad palentina.