Amor a un pueblo

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Por Antonio Gómez Garrote / En un rincón de Valladolid, tierra castellana, iluminado por ilustres literatos como Jorge Manrique, Paco Martín, Alfonso de Cartagena, Diego de San Pedro y nuestro admirado Miguel Delibes, dan paso a un reconocimiento que cualquier castellano tiene orgullo de sentirse de aquí. El que escribe, pone de manifiesto que estamos ante uno de los rincones más encantadores de la provincia de Valladolid: Arrabal de Portillo. Hablo de un pueblo cuyas gentes son abiertas, afables y están dispuestas a agradar a cuantos deseen visitarnos y conocer nuestra cultura.

Cosecheros en el campo, en la más amplia extensión de la palabra, cultivan entre otros muchos productos los ajos que en su mayoría son importados a numerosos puntos del Globo. También existen los famosísimos mantecados o ‘bollos blancos’, amarguillos, pastas de piñón y las inconfundibles empanadas al más peculiar estilo de Tierra de Pinares.

Nuestra alfarería medieval, trabajada por hombres de fuerte raigambre portillana, como Domi ‘el de la Macetera’; Andrés Pérez ‘el de la Posada’; los hermanos Gascón –con sus famosas cazuelas–; mi gran amigo Ángel Teresa; Juanito Martín; el gran Lucio Aranda, acariciando el torno o rueda como él sabe hacerlo,… es uno de los aspectos más interesantes y atractivos de la villa.

Me honro en dar más nombres de gentes del pueblo que han estado trabajando lejos de nuestro terruño y admiran sus fiestas, a sus amigos,… Mi amigo de toda la vida, Teodoro, Justo, los hermanos Fulero, los hermanos Virique, Julio Cabucho, mi ayudante de risas y parafernalias y tragos largos –Papi Arratia–. Apodos todos ellos ilustres de la villa.

«El balcón de Castilla», en Portillo.

Si hablamos de las tasquitas, no podemos pasar por alto la de «Nivaria» de Portillo –con su famosa terraza, abierta siempre a comentarios populares que dan para escribir más de un libro. En Bar «Los Arcos» se podían probar sus famosas gambas, Vicente, el de «El balcón de Castilla»,…

Restaurante «Felu», en Arrabal de Portillo.

En Arrabal no podemos olvidarnos de Javi, el del «Mesón Quevedo» y sus apreciadas anchoas; Benjamín y su terraza del «Pivot»; Menchu, la chica de la plaza de toros; el restaurante «Felu», con su amplia especialidad de comidas y su demostrada elegancia (…), por citar a algunos como muestra.