
El golpista y mentiroso compulsivo, Pedro Sánchez, en una imagen de psicópata despreciable.
Por Ignacio Fernández Candela / El llamamiento a la desobediencia de Echenique al Senado para que vote el próximo jueves, da cuenta del nivel de aberración podemita que se ha contagiado y normalizado en las instituciones españolas. Se aceptan las cautelarísimas.
El supuesto de que el Tribunal Constitucional no apruebe las reformas para colar por la puerta de atrás la renovación de la traición se ha cumplido, dejando en evidencia el carácter turbio de Pedro Sánchez y sus cómplices, además del miserable de la independentista Batet que permitió la aprobación en el Congreso.
El Tribunal Constitucional ha colocado a Pedro Sánchez en el sitio aunque virtualmente al ser un órgano jurisdiccional, como sucedió con los dos estados de alarma inconstitucionales. Por una cuestión de formalidad jurídica el doctor cum fraude no es procesado a pesar de haber reventado la Ley.
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