Meritxell Batet acusada de prevaricación, deberá explicarse ante el TC


Batet
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LOS RÁBANOS POR LAS HOJAS / El Congreso de los Diputados vivió este jueves una jornada inédita, entre acusaciones de «fraude«, «cacicada» y «pucherazo« por parte del PP y de Vox, rupturas en la disciplina de voto en UPN y hasta errores en la lectura de resultados por parte de la presidenta de la Cámara. Mucho caos y una sucesión de carambolas parlamentarias que acabaron con la convalidación ‘in extremis’ del decreto de la reforma laboral. Por la mínima y gracias al voto erróneo del diputado del PP, Alberto Casero que telemáticamente dio sin querer su aval al proyecto estrella de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz
El Gobierno llegaba al debate definitivo con dos votos de ventaja, pero a última hora los dos diputados de UPN han roto valientemente la disciplina de un partido que se había vendido por un plato de lentejas. Una vez más, Carlos García Adanero y Sergio Sayas han dado ejemplo de cómo se puede dignificar la política con tres ingredientes básicos: valentía, conciencia y respeto por sus votantes.

En el lado contrario de la balanza, es decir, en el ejercicio más repugnante de la política peor entendida, Meritxell Batet se ha saltado a la torera el Reglamento del Congreso, las resoluciones de la Mesa y los más básicos principios democráticos a la hora de retorcer lo que ha querido votar el diputado del PP, Alberto Casero, que ha sido clave para la aprobación de la norma.
En el momento de producirse el recuento, la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, daba por derogada la norma al comprobar el voto negativo de los dos diputados navarros, para regocijo de la oposición de PP y Vox. El Gobierno no salía de su asombro ante lo que estaba ocurriendo, como demostraban los rostros desencajados de Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz. Inmediatamente después, la presidenta de las Cortes tomaba la palabra de nuevo para corregirse y anunciar que, según le informaban los servicios jurídicos de la Cámara, la norma había salido adelante.
En medio del caos, los diputados del PP comenzaban a gritar desde sus escaños «tongo«, conocedores del rechazo de los diputados de UPN. Tomaba entonces la palabra la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, invocando el artículo 72 del Reglamento: «Señora presidenta, con carácter previo a la votación se ha puesto de manifiesto a la mesa error informático…», decía.
Batet no la dejaba concluir: «Precisamente porque la Mesa es conocedora y ha podido analizar lo que me va a plantear y es cuestión técnica de la Mesa, y decisión de la Mesa, y no tratamiento del Pleno, no le voy a dar la palabra», decía, provocando la indignación de los populares. El caos era absoluto y se trasladaba del hemiciclo a los pasillos del Congreso, que entraban en ebullición ante lo que acaba de ocurrir.
El Reglamento recoge desde hace años la posibilidad del voto telemático en su artículo 82, cuyo punto segundo dice lo siguiente: El voto emitido por este procedimiento deberá ser verificado personalmente mediante el sistema que, a tal efecto, establezca la Mesa y obrará en poder de la Presidencia de la Cámara con carácter previo al inicio de la votación correspondiente.
Es decir, la presidencia de la cámara debe «verificar» antes de la votación en el hemiciclo todos los votos telemáticos emitidos. Esto podría dejar abierta una interpretación: que esa comprobación se refiera sólo al hecho de que el voto se haya emitido, pero no es así: la Resolución de la Mesa del Congreso que desarrolla este aspecto lo deja claro en su punto Cuarto:
«Tras ejercer el voto mediante el procedimiento telemático, la Presidencia u órgano en quien delegue, comprobará telefónicamente con el diputado autorizado, antes del inicio de la votación presencial en el Pleno, la emisión efectiva del voto y el sentido de este. Una vez verificados dichos extremos, el voto telemático emitido se trasladará a la Presidencia al inicio de la votación presencial en Pleno para que pueda anunciar el resultado acumulado de las votaciones».
Es evidente que si se ha de verificar el sentido del voto es porque existe la posibilidad de cambiarlo en caso de que se hubiese producido algún tipo de error, bien humano bien informático, tal y como reclama que ha ocurrido el diputado popular Alberto Casero.
Lo que ha hecho la presidenta del Congreso es, en suma, un escándalo gravísimo y un ataque a la democracia, pues ha violentado la voluntad popular expresada a través de sus representantes elegidos en las urnas para aprobar una ley que, además, es un texto legislativo de gran importancia. Un dislate propio de una asamblea chavista y no de la cámara legislativa de una democracia europea que, por desgracia, cada día se parece más al parlamento domesticado de una república bananera.
PP y Vox denunciarán al Constitucional
 
PP y Vox acusan al Gobierno de «tongo«, «pucherazo» y «cacicada» en la votación de la reforma laboral. Ambos anuncian que acudirán al Tribunal Constitucional para recurrir la votación. La polémica acabará ante el Tribunal Constitucional, según anunciaron a última hora de la noche el partido de Pablo Casado y anteriormente Vox.
 
«Es un pucherazo, son unos hechos gravísimos, es un una cacicada», ha dicho Olona, que ha anunciado un recurso ante la Mesa y, si es necesario, al Tribunal Constitucional, incluso por vía penal. Olona ha aclarado que, aunque se hubiera producido un error humano, el diputado tenía derecho de que se debatiera si podía votar de forma presencial en sustitución del voto telemático, lo que no se ha producido.
La portavoz popular Cuca Gamarra ha asegurado, incluso, que el diputado ha acudido presencialmente al Congreso para rectificar su voto pero se le ha impedido acceder «vulnerando sus derechos constitucionales». También ha acusado a Batet de mentir por asegurar que se había reunido la Mesa del Congreso. El PP ha mantenido después una reunión con Batet y al concluir, Pablo Casado anunciaba en Twitter que acudirían al Tribunal Constitucional.
Desde el Grupo Parlamentario del PSOE aseguran que es un error y «que se recogió lo que se votó». Su portavoz parlamentario, Héctor Gómez, defendía en rueda de prensa que la votación «ha sido clara y se votó lo que se votó». «Suele ocurrir que en el PP no aceptan las votaciones», decía, atizando también a Vox por «sumarse a esta confrontación».

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