Después de las amenazas de ETA no tengo ganas de escribir. Pasan años y más años sin que el País Vasco sepa arreglar sus propios problemas, con el agravante de que desde hace diez lustros ha permitido que se extiendan a todo el Estado español. ETA es una enfermedad que solo se cura tratando el problema en la raíz.
No cabe la negociación más que en la mente de memos, estúpidos, paranoicos engreídos e hijos de puta. Hay ladrones a los que no se castiga; pero nos roban lo más preciado: el tiempo.