Candidato de consenso para suplir a Pedro Sánchez

«El candidato (también socialista) ahí está por si procede poner toda la carne en el asador. Menos mal que el rey  se ha percatado del nulo apoyo con que cuenta el presidente en funciones,….»

Emiliano García-Paje es el candiato de consenso para sustituir a Pedro ‘Plagio’, una vez demostrada su reiterada incompetencia para formar Gobierno.

Jesús Salamanca Alonso / Pretende nuestro presidente que las soluciones las aporten otros. Solo el incompetente culpa a los demás de sus carencias. No estaría de más que dejara paso a otro candidato. La reiterada ineficacia y cerrazón ha llevado a que varios políticos y representantes de grupos de la sociedad civil pensaran en un candidato de consenso en busca de la ansiada estabilidad parlamentaria. Pedro ‘Plagio’ Sánchez ya no tiene más recorrido porque ha agotado todo su caudal que, dicho sea de paso, era muy poco y excesivamente ocioso. Si por algo se caracteriza es por su parasitismo, incompetencia y desvergüenza.

El objetivo final era ese, además de  pedir a Pedro ‘Plagio’ que se hiciera a un lado, pero éste ha buscado el agujero para escabullirse cuando creíamos que no había  otro recoveco. El candidato (también socialista) ahí está por si procede poner toda la carne en el asador. Jamás un presidente había demostrado ser tan parásito, chulo-puta, mentiroso y desmemoriado.

Es el típico fantasma, al más puro estilo Rodríguez Zapatero, si bien éste no dudó en poner en ridículo a España, a su familia y su propia imagen. ¿Recuerdan a sus retoños vestidas de góticas amarranadas? Pues lo de Pedro ‘plagio’ se parece pero en otros aspectos: falcón, plagios, gastos inútiles, asfixia a CC.AA., ridículo permanente, bodas de cuñados a costa del erario público… ¡Todo un personaje para arrojar a la basura y olvidar!

Menos mal que el rey  se ha percatado del nulo apoyo con que cuenta el presidente en funciones, aunque esas no ha sabido ejercerlas ni buscar vías de encuentro; ahí tienen a las comunidades autónomas ahogadas por culpa de un presidente “fantasma” para la gestión y de un Gobierno atascado hasta los ejes y amarranado en el más amplio sentido de la palabra; no es más que analizar ministra por ministro y viceversa.