Archivo diario: marzo 15, 2023

Díaz Ayuso y su hermano quedan exculpados de todos los cargos


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Díaz Ayuso y la ME-MA. Ésta inculpó e insultó a Ayuso, llegando a tacharla a ladrona. ¿Pedirá perdón o seguirá teniendo la misma fama de golfa que hasta ahora?

Jesús Salamanca / La Fiscalía Anticorrupción española y la Fiscalía Europea Contra el Fraude coinciden en que no estaba probado que Díaz Ayuso interviniera en beneficio de su hermano. Para ambas está suficientemente probado que no intervino en el procedimiento para contratar a la empresa que pagó la comisión a Tomás Díaz. En resumidas cuentas: Isabel Natividad Díaz Ayuso sale a hombros de los procesos iniciados contra ella. Corta todas las orejas de Mónica García y de la señora Jacinto, además de rabo a Juan Lobato. Su hermano Tomás Díaz es exculpado por completo.

¿En el próximo pleno de la Asamblea de Madrid habrá Taigeto, Gólgota y fustigamiento durante el paseo por la Vía Dolorosa? Quiero pensar que Isabel no forma parte de esa «derechita cobarde» que alumbró Mariano Rajoy y que parece seguir el actual títere gallego, Feijóo.

Redil de taradas


Taradas

Viñeta de autor desconocido.

Redil de taradas que codifica en leyes sus sueños húmedos, sus sórdidos delirios y sus sucios deseos. Pocilga de Sodoma que convierte en derechos las heces psicológicas de las alcantarillas en las que chapotean sus ideas, sus palabras y su discurso. Son las sacerdotisas de la ponzoña que consagran el pus y las ladillas en los cálices del odio al hombre.

Con cínico disimulo rebozan sus mentiras con argumentos, hipertrofiados por la sobreexposición en los Medios de Comunicación, sobre la vigencia de un machismo grotesco, primitivo, bárbaro. Inventan ausencias de derechos para construir agravios que condenan al hombre a la culpabilidad sin pruebas, encadenando al varón al Proceso de Kafka, en cuyos tribunales no hay defensa posible para el inocente engrilletado en ese laberinto de falsedades convertidas en certezas judiciales por el bramido de la manada de taradas que ruge a las puertas de los juzgados haciendo temblar bajo la toga al magistrado, que sabe que solo puede certificar en su sentencia el garabato de la pancarta de la manada de taradas: “Yo sí te creo, hermana”.

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