La oleada imparable de revuelta ciudadana en la calle, los precios disparados y un Gobierno rehén del independentismo desata el pánico en el presidente, que mueve ficha para evitar lo peor.

Sánchez, en un gesto pensativo en su escaño del Congreso.
Se dispara la alarma en Moncloa: Sánchez aterrado llama a rebato a sus ministros. Preparan una nueva campaña mediática para tratar de contrarrestar la creciente oleada de indignación ciudadana.
El pánico se ha instalado en el Palacio de La Moncloa ante el estallido de la protesta ciudadana en la calle. Porque ni la mayoría de los españoles «ha salido más fuerte» de la gestión de la pandemia; ni la euforia gubernamental sobre la recuperación económica ha llegado por igual a los domicilios del ciudadano de a pie.
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