
«Doctor Cum Fraude» en plena ración de mentiras ante sus fieles desnortados.
LOS RÁBANOS POR LAS HOJAS / Derogar la reforma laboral ,la ley mordaza y prohibir la prostitución (femenina) son las tres únicas conclusiones del 40º Congreso Federal Socialista, ahora transformado en Sanchismo, blanqueado ahora por quien cinco años fue expulsado de su dirección hacer trampas para llegar al poder. Sin una sola mención a sus socios en el Gobierno y que estando totalmente condicionado por el chantaje de los nacionalistas y neocomunistas, corona el modelo autárquico y autoritario de un partido eviscerado cuya fuerza proviene del poder que ejerce, del miedo a perderlo y del pavor a la alianza Casado-Abascal
La enésima reinvención de Pedro Sánchez tiene mucho de necesidad y otro tanto de oportunidad. Dos elementos que han movido el 40º Congreso Federal de los socialistas. Un cónclave diseñado para recuperar el pulso con la mirada puesta en el ciclo electoral de 2023, que coincide con el ecuador de la legislatura y la frontera de los Presupuestos, que marcan un punto y aparte, como han leído también sus socios de Unidas Podemos.
La «unidad» a toda costa que perseguía el presidente del Gobierno tiene incluso cifra: el 95% de votos favorables a la nueva Ejecutiva Federal impuesta por el líder a las federaciones, que no han tenido otro remedio que certificar al nuevo equipo de Ferraz sin decir ni mú. Solamente la intervención de Felipe González ha introducido algo de picante a la cita socialista de la Feria de Valencia.
Y para los que han querido ver un giro de Sánchez a la moderación con el reencuentro con el PSOE tradicional que representan sus antecesores, con la socialdemocracia citada hasta en una veintena de ocasiones este domingo, el nuevo número tres de Ferraz, Santos Cerdán, ha zanjado el debate. No habrá cambio de estrategia ni de pactos. Pese a que la reinvidicación de la «socialdemocracia» ha sido el hilo conductor del mensaje del líder socialista.
El auge del PP, con las encuestas coincidiendo en que Pablo Casado estaría a las puertas de Moncloa, obligaba al PSOE a moverse. Ante ello, ya no le vale enarbolar el lema de «la izquierda», como el que lo encumbró en el 39º Congreso Federal, sino reivindicar la centralidad tratando de ignorar su coalición con los morados o su dependencia parlamentaria de los soberanistas.
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