
Por Luys Coleto / EL CORREO DE ESPAÑA / La Universidad de Barcelona (UB) vuelve a liderar los campus españoles en el Ranking Académico de Universidades del Mundo 2021 (ARWU), más conocido por Shangai, que evalúa la excelencia científica de las mejores mil universidades del planeta. Esta clasificación serviría de información básica a nivel internacional para “atraer proyectos científicos y captar talento investigador y docente”. Según el reciente Ranking Shangai, la UB se encuentra en la franja de 151 a 200 mejores universidades del mundo en su conjunto, y tras ella, a partir del número 200, aparecen 38 campus españoles más, desperdigados la mayoría entre las comunidades de Madrid, País Vasco, Valencia y Cataluña.
Universidad española, de mal…
Resultados, como siempre, deplorables. Pésima y degradada universidad, la española, ahíta de plurales podredumbres. Como el amor lopesco, quien la probó lo sabe. Absurda y surrealista prolongación de la ya de por sí repugnante enseñanza secundaria. En principio, dizque, orientada al mercado laboral. Una institución, la académica, en nuestra patria común, que hace ya demasiado tiempo dimitió definitivamente de su labor de formación moral e intelectual de la sociedad, transformándose en un enloquecido y corruptísimo guirigay, mero agregado de institutos politécnicos, adornado todo ello por una folclórica oferta de espectáculos para-políticos, soviets batasunizados mediante. Todo ello bajo disfraz cultureta.
…en peor
Colosal e infecta burocratización, absoluta carencia de planificación en el bosquejo del mapa de universidades y titulaciones, absoluta opacidad de las podridas agencias de evaluación ( ains, la putrefacta Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, ANECA), brutalísima endogamia, feroz y marcada tendencia al corporativismo y a la sindicalización en los órganos de gobierno, irrisoria preparación del alumnado, preeminencia de un romo modelo educativo que, subrayando habilidades a contenidos, impide de raíz el saber mismo. Y, cómo no, el putiferio autonómico apuntalando el presente y lastimoso descalzaperros. Sin olvidar el despiadado y liberticida devenir de este pasado curso (y lo que te rondaré, morena): ya no vivimos en España, antigua patria mía, sino en Bozalistán. En fin.
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