Lo más cercano a nosotros en el tiempo han sido las tarjetas ‘sex black’; es decir, dinero público de la FAFFE gastado en prostíbulos andaluces.
Por Jesús Salamanca Alonso / Mala generación de políticos la que nos ha tocado conocer. Se mire a la comunidad que se mire abundan los casos de corrupción e intenciones de tapar lo que no se quiere que salga a la luz. El problema llega cuando los corruptos abandonan el sillón de la prepotencia, las prebendas, las ventajas y las tarjetas con cargo al contribuyente; en ese momento, otros tiran de la manta y dejan con las posaderas al aire a sus antecesores.
No hay más que mirar a Cataluña y a una familia en concreto: mucho amenazar con tirar de la manta, pero esa prenda estaba deshilachada y nada se ha hecho. ¿Por qué? Pues porque los Pujol descubrieron que tirando de su manta también se echaban encima más porquería de la que ya soportan. ¿Honorable? Pues no, pero corrompido y corruptor, sí.
Y si Cataluña es el prototipo de la corrupción con el consabido 3% que destrozó a CIU, no van a la zaga otras comunidades. Miren hacia Castilla y León y al tema no suficientemente aclarado del HUBU, en el que se dio toda la documentación a la oposición socialista y no la supo utilizar contra el gobierno regional de la derecha. ¿Y qué me dicen de Baleares donde el desgobierno regional consintió el abuso y tocamiento a niñas que estaban bajo su protección y tutela, sin que se permitiera una investigación en condiciones? Sigue leyendo
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