«Quién ha desatado las hostilidades en el juego de tronos, y por tanto tiene la responsabilidad, ha sido Inés Arrimadas, que ha movido un peón dúctil…»

Inés Arrimadas sujeta al fraudulento árbol que más sombra le da.
Por Francisco Torres / EL CORREO DE ESPAÑA / Tengo la impresión de que a la mayoría de los españoles, casi como al presidente del PP de Murcia, López Miras, lo que ha pasado en Murcia les ha sorprendido.
A quienes seguimos la política regional, un auténtico dislate, la única sorpresa ha sido el día y la hora, no que lo que ha pasado llegara a pasar. Estaba desde hace tiempo en el guión, pero al presidente López Miras, rodeado de asesores y politólogos bastante pelotas que cantaban la mayoría del “centro-derecha”, nadie le advirtió que estaba desnudo.
La cortedad, la ambición, el juego de ajedrez y la supervivencia política ha creado una tormenta perfecta en unas horas que la presidenta Díaz Ayuso ha convertido en huracán dejando a Inés Arrimadas con cara de tonta.
Quién ha desatado las hostilidades en el juego de tronos, y por tanto tiene la responsabilidad, ha sido Inés Arrimadas, que ha movido un peón dúctil, como es la candidata a ser presidenta de la Comunidad Autónoma de Murcia, que lleva tiempo soñando con ser presidenta de la Comunidad (el de Andalucía, al que seguro han tentado, a pesar de algunas frases que invitan a pensar, ha decidido que más vale pájaro en mano que ciento volando).
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