
Casi 200 personalidades piden cesar al corrompido, Pablo Iglesias.
Por Jesús Salamanca Alonso / No ha sido casual el manifiesto sobre la destitución de Iglesias. Intelectuales y expolíticos del PP, PSOE y Cs han unido sus fuerzas para “Cesar la infamia”. ¿Alguien duda de que el ‘vicepandemias’ es incapaz de construir, pero sí muy hábil para destruir, desunir, adulterar, violentar y dispersar odio? Incluso su formación es una máquina de generar destrozos entre instituciones y personas. Unos, con la única neurona que les quedaba, han fundado Neurona para degenerar cobros y pagos; otros, sin pagar a sus asistentes, se corrompen a ojos de la Seguridad Social y, otras, haciendo que la niñera cobre como si fuera funcionaria, se pagan sus gastos de las arcas públicas. ¿Y aquí no pasa nada?
Sólo falta ya que en el consejo de ministros se esputen unos a otros, por bandos y bandas, como Rufián y su banda de ERC esputaron a Borrell cuando abandonaron el hemiciclo por mandato de la anterior presidenta del Congreso. Pero no tardaremos en presenciarlo. Piensen que, entre la vicepresidenta primera y la “marquesa” corrompida de Galapagar, la convivencia es imposible e insufrible. Y más ahora, que con la ley Trans se ahonda cruelmente en las diferencias, no sólo por la baja catadura moral y la nula ética existente en el borrador de la norma.
Algunos ven más un duelo de verduleras que un intento por liderar el retrógrado feminismo de versión española, basado en simples batucadas, en chiringuitos y en ayudas vacías o sin sentido.
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