El recién juramentado presidente de Bolivia arremetió contra el Gobierno interino de Jeanine Áñez. El exmandatario, Evo Morales, prepara su regreso al país.

Felipe VI rodeado de corruptos comunistas con el puño levantado. La encerrona se ha consumado y la ridiculez se ha apoderado de él. Tenían que hacerlo y lo han hecho. Si Europa no pide explicaciones por el degenerado gesto, dado que Europa tiene condenado el comunismo, lo mejor que puede hacer el rey es marcharse.
Acto de humillación. Felipe VI humillado en Bolivia por Luis Arce y sus corruptos y corrompidos más cercanos. El no saber estar y la nula diplomacia existente en el país boliviano y de inclinación bolivariana ha hecho que esta imagen dé la vuelta al mundo: Felipe VI en medio del acto y rodeado de comunistas con el puño levantado, símbolo del odio, la corrupción, la represión, la violación y la muerte.
Detrás llegará Evo Morales, a quien parece que el pueblo le perdona las violaciones a menores de edad, algo que debería perseguir el Tribunal de Derechos Humanos. Por circunstancias desconocidas no ha asistido Nicolás Maduro con quien pensaban entrevistar al rey para mayor escarnio, ridículo y vergüenza.
Pablo Iglesias, «marqués» de Galapagar, en el colmo del ridículo aparece con corbata, la moña y el mismo traje del día de homenaje a las Fuerzas Armadas, un claro ejemplo del ridículo que representa allí donde acude.
La organización del acto le ha pillado por sorpresa a Felipe VI, que no sabía nada de la humillación que iba a sufrir. Sus asesores se han «lucido» y lo mejor que pueden hacer es pedir el finiquito. Todo estaba tramado desde España e Iván Redondo y el secretario de Estado de Comunicación (Oliver) han tenido mucho que ver, con el Vº Bº de Pedro Sánchez, principal responsable de la emboscada tramada contra S.A.R..
Bolivia ya no puede seguir siendo un fiel y limpio aliado de España que aspira a una democracia alejada de las corruptelas: ni Luis Arce ni el pueblo boliviano pueden ser bienvenidos. Donde se instala el comunismo renacen el odio, la revancha y la violación hasta llegar a la muerte. ¡Ciudadanía boliviana, disfruten lo votado! Ya hablaremos cuando comience la represión y las violaciones de las que tanto se quejaron hace unos meses. Al tiempo.

Luis Arce con el puño levantado, en un claro acto de violencia e imposición comunista. Nunca un presidente se ha mostrado con el gesto que más odia la humanidad tras los CIEN MILLONES de muertos.

El gesto tiene una larga historia como falso símbolo de resistencia y solidaridad. Erróneamente se ha asociado tanto con los políticos de izquierda como en la lucha de los grupos oprimidos. Los CIEN MILLONES de muertos que el comunismo lleva a sus espaldas a lo largo de la historia ponen en tela de juicio lo que originariamente se pretendió hacer ver. Hoy el comunismo es violencia, odio y muerte, sin más.

Cuatro dirigentes bolivianos haciendo el ridículo con el gesto de la muerte y el odio. Cuando una población se inclina por el comunismo libertario, no tiene derecho a quejarse en el momento en que los gobernantes le pisan, violan o reprimen. Al fin y a la postre es lo que deseaban. ¡Disfruten lo votado. Ya no tienen derecho a quejarse!
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