Alarma en la CE ante el asalto a la justicia de Sánchez


El Gobierno no se esperaba un movimiento tan temprano del Ejecutivo comunitario.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en rueda de prensa tras la cumbre extraordinaria de la UE

LOS RÁBANOS POR LAS HOJAS / Este viernes, tras finalizar una cumbre europea de dos días, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno le ha tocado improvisar, ante la avalancha de preguntas sobre el proyecto de modificación de composición de CPCJ, ante los distintos avisos  recibidos por parte de miembos de la Comisión Europea, que le van a obligar a aparcar el proyecto la justicia hasta mejor ocasión. El Gobierno no se esperaba un movimiento tan temprano del Ejecutivo comunitario.
En menos de una semana, y de forma inopinadamente urgente, la Comisión Europea ya ha lanzado una primera advertencia formal al Gobierno de Pedro Sánchez por tramitar su proyecto para reformar unilateralmente el sistema de elección del poder judicial en España, orillar a la oposición, saltarse los controles preceptivos de los órganos constitucionales y gestionar a capricho la justicia con criterios ideológicos. La preocupación en la Comisión Europea es máxima, y no porque se haya generado un irascible debate en España entre el Gobierno y la oposición como si esta fuese una ley cualquiera o una excusa rutinaria para el enconamiento político. No lo es. La Comisión ha encendido las luces de alarma porque se trata de un escándalo político de primera magnitud que conlleva una quiebra irreversible en la separación de poderes.

La siniestra maniobra de Sánchez pretende alterar el sistema de mayorías parlamentarias para diseñar un poder judicial a medida del PSOE y de Podemos, que le permita controlar en exclusiva cada nombramiento de jueces que se haga en el futuro con 17 votos sobre 20 posibles. Sometido el poder legislativo con criterios de obediencia a cada abuso de Sánchez, solo queda el dique del poder judicial como reducto de una democracia que pierde calidad cada día que este Gobierno amanece en La Moncloa. 
La Comisión sostiene que vigilará «atentamente» el desarrollo de la reforma porque percibe un intento de politizar la justicia. Además recomienda al Ejecutivo que consulte al Consejo de Estado, al Consejo Fiscal y al propio CGPJ antes de cometer una aberración jurídica que no solo puede acarrear sanciones a España, sino que podría dilatar -si no vetar- la llegada de fondos para el rescate de nuestra economía. Es lógico que Europa mire con lupa a España porque nunca nadie se atrevió a tanto para someter a la judicatura. De hecho, en un reciente informe, la Comisión exigió a los países europeos «reducir la influencia del poder legislativo o ejecutivo sobre el judicial a fin de fortalecer la independencia».
  
Sánchez ha evitado en varias ocasiones valorar el comunicado lanzado el jueves por la Comisión Europea. Hasta en tres ocasions Sánchez ha repetido que tiene «respeto absoluto a lo que dijo al portavoz de la Comisión Europea», pero ha ignorado el fondo de la cuestión: que Bruselas pide rebajar la influencia política, que «es importante asegurarse de que el CGPJ no sea percibido como vulnerable a la politización» y que, en general «cuando los Estados miembros reforman el poder judicial, esto siempre debe hacerse en consulta con todas las partes interesadas pertinentes, incluida la Comisión de Venecia».
Según fuentes gubernamentales, el miércoles «nadie, absolutamente nadie» en Europa hablaba de la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el que el Partido Socialista y Unidas Podemos pretenden rebajar las mayorías necesarias para renovar el órgano. El jueves por la mañana, un portavoz de la Comisión Europea aseguraba que seguían de cerca la reforma, y que cualquier cambio en la ley debía ser para rebajar la influencia política sobre la Justicia. 
Este viernes, tras finalizar una cumbre europea de dos días, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha desviado la atención hacia el Partido Popular que acierta en su planteamiento de bloqueo y  alertar de la tensión constitucional a la que Sánchez somete a España porque esto ya no va de reinterpretar nuestras leyes, sino de una ruptura de las reglas del juego, como avisó ayer Casado en Bruselas.
Europa es la tabla de salvación que le queda a España para no ver mermadas más libertades. Hará falta que el PP no ceda a los repetidos señuelos del autócrata. Europa es la tabla de salvación que le queda a España para no ver mermadas más libertades.

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