“La política es el arte de lo posible por eso hay que impedir a toda costa caer en la represión, el odio y violencia de las sociedades bolivarianas”.

Pablo Iglesias en una de sus intervenciones
Por Jesús Salamanca Alonso / “Coletas, cambia de camello, que te hace soñar gilipolleces”, decía un ciudadano al escuchar hablar a Iglesias del horizonte republicano de España. Unas declaraciones que suenan a golpe de Estado y que únicamente se pueden hacer en un país donde hay plena libertad de expresión y de actuación, a pesar de quienes pretenden cercenar esas y construir una forma de vida a la venezolana; es decir, con hambre, miseria, control de la población, violaciones arbitrarias, persecuciones y asesinatos por discrepar. Ni siquiera eso sería una república en el estricto sentido político aunque sí lo sería en concordancia con la sexta acepción del DRAE: “Lugar donde reina el desorden” en sentido irónico.
No está de más recordarle al vicepresidente segundo que el derribo de la monarquía es una forma de tapar sus lacras, corrupciones y oscuro pasado que ha llevado a la DEA a acorralar su trasnochado comunismo. Si para su formación es “una de las tareas” acabar con la monarquía que votó el pueblo español inmersa en la Constitución, el mismo derecho tiene la ciudadanía a acabar con esa formación por vía democrática y toda su corrupción por vía judicial. La política es el arte de lo posible por eso hay que impedir a toda costa caer en la represión, el odio y la violencia de las sociedades bolivarianas. Sigue leyendo
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