Desde mi barrera: Los sueldos de los políticos


«El grupo socialista se resistía a rebajarse el sueldo, Izquierda Unida reclamaba una bajada, pero sin presionar demasiado, y Podemos hablaba de tres veces el salario mínimo, pero…»

F. Javier León de la Riva, exalcalde de Valladolid y protagonista del mayor cambio positivo experimentado por la ciudad desde que comenzó el periodo democrático.

Por F.  Javier León de la Riva / Han pasado 20 meses desde que en agosto del 2015 escribí un artículo en El Norte de Castilla, hablando del sueldo de los políticos. La reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, anulando el acuerdo del pleno municipal del Ayuntamiento de Valladolid, en el que se regulaban de forma harto peculiar la retribuciones de los miembros de la corporación, me obliga a retomar el tema.

Repasando lo que escribí hace 20 meses, me tengo que ratificar en lo allí expuesto respecto de los sueldos, las dedicaciones, las incompatibilidades, la preparación para acceder al cargo, el sistema de selección, etc,  concluyendo que los políticos en España no están bien pagados, aunque no todos se ganen el sueldo.

El que cada corporación municipal pueda fijar libremente el sueldo de concejales y alcaldes es una auténtica barbaridad, por eso en 1995, al llegar a la alcaldía, respeté el sistema implantado por Rodríguez Bolaños de referenciar los sueldos de los políticos a los de los de los funcionarios: el Alcalde cobraba una peseta más que el funcionario de más alto rango, y el sueldo de los concejales se adaptaba al de los funcionarios de distinto nivel, mientras que los no liberados percibían una indemnización. El único problema era que él liberaba con sueldo a todos los integrantes de su lista, independientemente del número de ellos.

En ninguno de los cinco mandatos del gobierno popular se liberó a la totalidad de los concejales, sino que se estructuró el gobierno municipal en función de las áreas, nunca más de 8, y el que no estaba al frente de una de un área de gobierno, no tenía dedicación exclusiva y vivía de su trabajo y tan sólo percibía una indemnización. El ministro Montoro en su afán de intervenirlo todo, dictó unas normas de sueldo que no dudo en reconocer, empeoraban el método establecido aquí por Rodríguez Bolaños. Con ocasión de la crisis propuse al pleno reducir un 15% del sueldo del alcalde y un 10% del sueldo de los concejales liberados, y posteriormente, cuatro años seguidos de congelación salarial?

Al finalizar el último mandato municipal, ya en campaña electoral, el Partido Socialista pedía rebajar el sueldo del alcalde sin precisar en cuanto, IU proponía un sueldo máximo de 45.000 € para el alcalde, mientras que el entonces portavoz de IU y actual vicealcalde, cobraba entonces 60.000 €, y Podemos defendía que nadie en política debía cobrar más de tres veces el salario mínimo.

Y al inicio del actual mandato tripartito se desató la guerra: El sistema retributivo de alcalde y concejales está recogido en el reglamento del ayuntamiento y los grupos no fueron capaces de ponerse de acuerdo para ajustarlo a los compromisos electorales. El grupo socialista se resistía a rebajarse el sueldo, Izquierda Unida reclamaba una bajada, pero sin presionar demasiado, y Podemos hablaba de tres veces el salario mínimo, pero suponiendo el mismo coste al Ayuntamiento, pues la diferencia se ingresaba en la caja del grupo.

Y en un pleno tumultuoso, el grupo popular consiguió colar una enmienda que salió adelante gracias a la abstención de Podemos, en virtud de la cual el sueldo del alcalde se redujo en 6000 €. Esto no gustó nada al alkalde , a pesar de que con sus más de 76.000 € de retribución, duplicaba con creces la declaración de ingresos de su último ejercicio profesional, y salvo dos o tres integrantes de equipo de gobierno, todos aumentaban de forma importante sus ingresos, llegando incluso a liberar con sueldo a un concejal con la única misión de atacar a la oposición, multiplicando por más de 10 sus últimos ingresos declarados. Y en un nuevo Pleno, se vengó con creces de este ligero recorte de sus ingresos, y aprobó un sistema retributivo a todas luces injusto e inconstitucional, especialmente con los concejales sin dedicación exclusiva.

Y ahí estamos: el TSJ de Castilla y León anula prácticamente en su totalidad la normativa que regula la retribución de los concejales, y da un serio varapalo al alkalde y a sus socios del tripartito, tachando, nada menos que de anticonstitucional, la decisión adoptada por el Pleno, lo que le ha obligado a anunciar que no recurrirá el fallo. En definitiva, como diría el clásico, «burla, burlando» ya van por delante casi dos años sin rebajar el sueldo, salvo el del alkalde , y casi todo el mundo calladito.

Y así llegaremos hasta los meses previos a las próximas elecciones municipales, en las que Izquierda Unida y Podemos se desmarcarán del Partido Socialista, reclamando el cumplimiento de sus programas en cuanto al sueldo  se refiere, pero desde luego sin darle a la resolución carácter retroactivo. Tiempo al tiempo.

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