Por Xavier Carrió / Ayer, como ya se estaba anunciando, en un hotel de Bilbao se produjo la escenificación de la firma de una paz de una guerra que nunca existió, aparentando una entrega de las armas de ETA que debería servir como condición para que el Gobierno deje en libertad los presos que quedan y deje de perseguir a los que aún andan por ahí. El acto protagonizado ayer por la denominada Comisión Internacional de Verificación para tutelar el desarme de ETA sería simplemente irrisorio de no resultar patético, además de un insulto a las víctimas y al sentido común. Eso sí, la BBC ha difundido un vídeo en el que se ve a dos miembros de ETA entregando a los miembros de la Comisión Internacional de Verificación (CIV) una parte mínima de sus arsenales.
Después de dos años de contactos y negociaciones con los terroristas, una peculiar Comisión Internacional de Verificación, cuyos miembros se han prestado a la fantochada a cambio de unos honorarios que, a falta de determinar su origen, probablemente hayamos pagado también todos los españoles, apuntaló su mensaje con un vídeo grabado por los terroristas que probaría el desmantelamiento de -y ésta es la medida del esperpento- tres pistolas, un rifle, unas 300 balas, unos detonadores y apenas 15 kilos de explosivos de los más de 1.300 que guarda la banda.
El portavoz del citado grupo (que cada uno cobra a razón de 600 euros por día y que lleva ya acumulada una factura de unos 300.000) que ayer tenía mucha prisa por terminar la rueda de prensa sin ninguna pregunta, Ram Manikkalingam, anunció ante un centenar de periodistas de diferentes países su «confianza» en que el «sellado» por parte de la banda terrorista de una «cantidad determinada» de armas y explosivos es «un paso creíble y significativo» hacia la paz. Pero si hay que valorar la capacidad de gestión de esta Comisión por el número de armas supuestamente inutilizadas sólo cabe concluir que estos expertos pacificadores han hecho el ridículo al prestarse a una farsa con la que ETA intenta colgarse la medalla de su propia extinción.
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