
Carteles de una de las manifestaciones contra el Banco Ceiss, tras la reiterada demostración del fraude a los inversores.
Por Jesús Salamanca Alonso / Llueve sobre mojado con el descontrol de las famosas preferentes y acciones subordinadas, unos productos híbridos en los que se basa el escándalo de algunas cajas y bancos. Precisamente esos escándalos surgidos de un par de años a esta parte alertan de la necesidad de fijar unas medidas de protección para el inversor que permitan adoptar correcciones rápidas y clarificadoras siempre que sean comercializados esos productos híbridos. Bien es verdad que lo del comprador de subordinadas, con apenas cuatro meses de edad, pone de manifiesto que el fraude, el afán desmedido de latrocinio y de recaudación eran una práctica habitual.
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