¡Si no saben los jueces, debe aprender a hacerlo el pueblo!

Encontraron una Botella entre la basura

Ana Botella, alcaldesa de Madrid, por la G. de D. y de Ruiz Gallardón.

La basura se acumula a la puerta del Congreso de los Diputados

Basura acumulada y podrida en la puerta del Congreso de los Diputados.

Estos días ha sido noticia la basura acumulada en las calles de Madrid. La huelga política de los sindicatos de clase ha intentado echar más basura sobre Madrid, para así culpar a la alcaldesa de una mala gestión. Pero quienes han salido mal parados han sido los propios sindicatos y los huelguistas. Si sobra gente no hay por qué mantener tanta plantilla con calzador; al final, la perjudicada es la empresa y todos los trabajadores. ¡Mejor recortar ahora que se está a tiempo!.

Hay una cuestión en la que sí ha fallado la alcaldesa, Ana Botella, y ha sido en permitir que esa basura se acumulara durante días. Al tercer día debió contar con la empresa Tragsa para retirar cuanto tiraban los sindicatos y dejar que los huelguistas siguieran de huelga hasta que se hartaran, una vez que la empresa contratada no ha sabido gestionar la huelga política del sector de la limpieza.

‘Muchacha’ desaparecida tras la negociación con ETA

La Justicia, desaparecida en España desde la negociación de Zapatero con ETA.

Aún seguimos buscando en España a esta ‘muchacha’ que desapareció tras las negociaciones del ex presidente, Rodríguez Zapatero. Se negoció con ETA su desaparición mediante el fin de la doctrina Parot y, recientemente, el Tribunal de Derechos Humanos ha dado la puntilla a la ‘jovencita’ que ya tiene varios siglos de vida. Nunca unos magistrados, como los de Estrasburgo, habían hecho un ridículo tan mayúsculo, tan escandaloso y tan patético. Ridículo al que ahora dan cancha los españoles. ¡Joder, qué tropa!

Entre la barbaridad de Estrasburgo — por vagancia y desidia de los políticos españoles–, el desbarajuste de la sentencia del 11-M, el incumplimiento de la sentencia de Estrasburgo sobre Rumasa, el caso ‘Faisán’ y otras lindezas,… el caso es que en España ya nadie confía en lo que se sigue llamando Justicia.