Leído en DIARIO LIBERAL / La nueva polémica montada por la izquierda y la progresía, en general, sobre el copago de medicamentos hospitalarios dispensados a pacientes no ingresados tiene una razón de ser: es una exigencia de Europa. Las locuras de Zapatero y su vicepresidente Rubalcaba hay que pagarlas.
A partir del 1 de octubre, los hospitales españoles comenzarán a facturar a los pacientes ambulatorios un 10% de sus tratamientos farmacológicos, con un tope de 4,2 euros por envase dispensado.
La cuestión ha desatado un nuevo debate en el entorno de la Sanidad Pública y ha soliviantado los ánimos en la comunidades autónomas, ocho de las cuales -Asturias, Comunidad Valenciana, Aragón, País Vasco, Castilla y León, Extremadura Canarias y Andalucía- no aplicarán el modelo, al menos de forma inmediata.
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