El ‘céntimo sanitario’ le ha salido por la culata a Juan Vicente Herrera. Los medios de comunicación llevan la noticia a primera página, de la misma forma que la ciudadanía comprueba una vez más la ineficacia e ineficiencia de la Consejería de Hacienda. El Gobierno de Castilla y León se ha vuelto a equivocar pero sin asumir responsabilidades, algo que ya viene siendo habitual.
Pensaba el Gobierno de Herrera Campo que iba a recaudar ‘a manos llenas’ y resulta que el resultado ha sido el inverso: casi 800 toneladas de crudo menos vendidas a diario, espantada de clientela a otras comunidades, castellanos y leoneses repostando en otras autonomías, enfado generalizado de los transportistas, despido de trabajadores en gasolineras,… Esa ha sido la política de Pilar del Olmo desde el 1 de marzo del presente año, momento en que entró en vigor el mal llamado ‘céntimo sanitario’. Y no será que no lo advertimos.
Por eso ahora exigimos responsabilidades y la principal de ellas es la exigencia de la dimisión de la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo. Llueve sobre mojado y escurre sobre una incompetencia inusual que ya se ha hecho habitual entre varios consejeros de Castilla y León y, en particular, en la consejera mencionada. Hacienda ya ha tomado la decisión de «reconsiderar la aplicación del ‘céntimo sanitario’ en la comunidad». De hecho ya se barajan diversas fórmulas: desde la modificación de los tipos actuales a la devolución de su totalidad a los sectores profesionales, a quienes hasta ahora se reembolsaba la mitad.
Ha caído considerablemente el consumo en las gasolineras de la comunidad. Ahora las gasolineras de Castilla y León se han convertido en simples sitios de paso: en caso de apuro, uno echa apenas unos euros para salir de la comunidad y llenar el depósito. La avaricia ha roto el saco y las expectativas. Cuando se hagan las cuentas a finales de año, Hacienda de la comunidad habrá recaudado entre 90 y 110 millones menos. ¿No es para sacar a gorrazos de la Consejería a Pilar del Olmo? ¿No es una prueba de la irresponsabilidad de algunos políticos y de la mediocridad de algunas políticas que se gestan en las autonomías? Bien, pues esto no es nada para lo que saldrá en las próximas semanas.
Resulta que el Gobierno regional se rasga las vestiduras para reclamar al Gobierno de Zapatero unas simples monedas y, por otro lado, tira de mala manera cantidades que acabará pagando la ciudadanía. Si hasta ahora casi todos llenábamos los depósitos fuera de Castilla y León –e incluso se reúnen varios ciudadanos para traer garrafas de 250 litros de las comunidades limítrofes– no se puede imaginar Pilar del Olmo lo que iba a suceder a partir de septiembre con la implantación del abusivo, escandaloso y violento 21% de IVA. En una palabra: si Herrera Campo y Del Olmo pretendían recaudar fondos para requetepagar el sistema de salud, ahora pueden comprobar que solo ellos fueron incapaces de ver la realidad, lo que demuestra que están fuera del día a día y que las comunidades solo han demostrado capacidad para el despilfarro, la corrupción, la duplicidad innecesaria de funciones y el acogimiento de gente y más gente vinculada al ‘pesebre’ de la ideología de turno.
«La Junta decidió aplicar el tipo máximo 4,8 céntimos por litro de gasolina o gasóleo, que tras aplicar el 18% de IVA se convirtieron en 5,66 céntimos», explican los medios de comunicación. Sin duda, Castilla y León se ha convertido en la comunidad donde más caras son la gasolina y el gasóleo. Recordemos que Castilla y León está rodeada de comunidades con el ‘céntimo sanitario’ más barato o que no aplican este impuesto. Se ha producido un efecto llamada para no repostar en Castilla y León, lo que hace que baje la recaudación considerablemente. La perversión es una realidad, sobre todo si tenemos presente que las arcas de la comunidad se nutren de otros impuestos que se aplican a los citados carburantes. La solución al problema es sencilla: si baja el consumo ¿qué pasa con la recaudación?
De nuevo la vergüenza se instala en el Gobierno de Castilla y León, así como la ineficacia vuelve a ser la bandera que ondea en el Palacio de la Asunción y la consejera de Hacienda vuelve a ser el hazmerreír de la ciudadanía. Razón tenía Lloid George y es que lo peor que puede hacer un torpe es intentar cruzar un precipicio de dos saltos. ¿Lo entiende usted señora consejera?
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