Rodríguez Zapatero dilapidó todo el ahorro de los gobiernos de Aznar, hasta el punto de acabar dando dinero en ayudas a curiosos de ceja y graciosos de ojera, además de ociosos, colectivos feministas, asociaciones de gays y lesbianas de Mozambique y a curiosos ‘investigadores’ para hacer mapas del clítoris. ¡Se dedicaban a jugar, a malgastar y a dilapidar el trabajo ajeno!
Sin duda, el socialismo gobernando se convirtió en un problema social y en un drama nacional; no hay más que preguntárselo a parados, estudiantes universitarios y pymes. Hasta tal punto es así que el septenio negro del socialismo que presidía Zapatero será recordado como el periodo de las insensateces, de los muñecos ministrables, de las “miembras” de Bibiana Aído y del “iboprufeno” de Pajín. ¡Joder, qué tropa!, hubiera repetido Romanones.
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