Queda su obra


No hay que entristecerse por la salida de Zapatero tras los empujones de sus barones territoriales, siempre quedará su magna obra.

Se va antes de que los ciudadanos lo echen, y deja en nuestra nación una obra que será largamente recordada, en lo económico-social, lo territorial y lo institucional.

En el primer ámbito el de la ceja abandona el barco con la peor cifra europea de paro, record histórico de desempleo en un país en el que el anterior presidente socialista decía, desde la oposición eso sí, que “nunca seré presidente con un millón de parados” y ya estamos en los cinco sin maquillaje.

Tras seis años de abandono de la economía, llegaron las reformas impuestas en el séptimo ejercicio, la intervención americana y europea y los grandes recortes sociales por una deuda desbordada, que hace que cada día el ejecutivo socialista precise 250 millones de euros prestados por el exterior y que nos convierte en mendigos internacionales.

Quién alardeaba de dirigir a la octava potencia industrial mundial, despreció siempre a la economía, no recibió las dos tardes necesarias de lecciones y por eso, es la misma economía la que en justa venganza lo hunde, pero junto a él a todo un país cuyo único error fue votarle confiando en su falsa palabra.

Se va Zapatero provocando los mayores índices de miseria y los más grandes recortes en las rentas de funcionarios, jubilados, madres y dependientes. Será largamente recordado porque elevó la edad de jubilación establecida en 1919, y ahora quiere transferir la Inspección de Trabajo y  Seguridad constituida en 1906, eso es hacer historia.

Pero aún más dañina es la herencia territorial que deja, justo cuando el presidente de la comunidad autónoma catalana vota a favor de la independencia tras pactar en Moncloa con el propio Zapatero los términos del Estatut. Todo ello favorecido y precedido por el giro nacionalista del socialismo catalán que acabó encabezando una manifestación contra el Tribunal Constitucional al grito –con acento cordobés- de “¡Som una naciò!”.

En lo institucional, su empeño en sacar adelante reformas contrarias a la Constitución tuvieron enfangado al más alto tribunal durante interminables años, y el deseo pacificador, del presidente más belicoso de la democracia, ha llevado a nuestro gobierno a mentirnos con reiteración sobre la negociación con los terroristas y hasta prostituir a nuestros policías convirtiéndoles en chivatos.

Rodríguez Zapatero será largamente recordado, lo merece.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.